No podían faltar los molinos en un recorrido donde el peso primordial lo lleva el agua. En nuestro término municipal hay un gran número de antiguos molinos, todos ellos abandonados y casi todos completamente destruidos. Por suerte todavía hay varios que se conservan en un «casi perfecto estado», salvo el detalle de las viejas piedras que han pasado a formar parte de los repertorios mobiliarios de determinadas casas particulares (y esto no es una crítica, o no del todo). Visitaremos los parajes alrededor de ellos, pero no dejará de ser una excusa para recorrer los distintos arroyos y regatos que circulan por nuestras tierras.